Los nódulos tiroideos son un problema de salud muy frecuente, especialmente entre las mujeres. El 5-10% de la población presenta nódulos tiroideos palpables, y se hallan hasta en el 67% de las ecografías cervicales.
En la mayoría de los casos son nódulos benignos (más del 90% de los casos), pero es necesario en primer lugar realizar una valoración ecográfica del tiroides y confirmar que se trata de una lesión benigna mediante una punción con aguja fina (PAAF).
La mayoría de los nódulos benignos no necesitan tratamiento, pero cuando son muy grandes pueden provocar problemas estéticos o síntomas como ronquera o cambios en la voz, problemas respiratorios e incluso dificultades en la deglución.
Hasta ahora, el tratamiento de esta patología era la cirugía. La alternativa es la ablación del nódulo, que es un procedimiento mínimamente invasivo, que consiste en quemarlo mediante calor para disminuir su tamaño, bien con radiofrecuencia o bien mediante microondas. El procedimiento se lleva a cabo con sedación consciente y un poco de anestesia local, y mediante control ecográfico se introduce una fina aguja con la que se realiza la ablación.
Los nódulos así tratados disminuyen un 80-90% de tamaño en un año, y la glándula habitualmente conserva su función, por lo que no es necesario el tratamiento médico sustitutorio posterior.
Es un procedimiento ambulatorio, por lo que tras 2-3 horas de vigilancia, el paciente es dado de alta.