¿Qué son los miomas uterinos?
Son tumores benignos que crecen en la pared del útero. Las causas de la aparición de miomas no se conocen exactamente, aunque se cree que existe una predisposición genética que condiciona mayor sensibilidad hormonal. El tamaño de los miomas es muy variable, y algunos pueden llegar a ser muy grandes. Se cree que entre el 20-40% de las mujeres mayores de 35 años tienen miomas.

Se distinguen tres tipos primarios de fibromas uterinos:
Miomas subserosos
Los miomas subserosos aparecen bajo la capa más externa del útero (llamada serosa) y crecen hacia fuera, formando un bulto sobre la superficie uterina.
Miomas intramurales
Los miomas intramurales son los más comunes. Se desarrollan en el espesor de la pared del útero y crecen hacia dentro, aumentando el tamaño del mismo. Esta alteración del tamaño puede apreciarse en un examen ginecológico.
Miomas submucosos
Aunque los miomas submucosos, que nacen y crecen bajo las capas internas (llamadas submucosa y endometrio) del útero son los menos comunes, son los que suelen causar los mayores problemas. Incluso un mioma submucoso muy pequeño puede dar lugar a un sangrado profuso y prolongado durante la menstruación.
Síntomas
Dependiendo del tamaño, la ubicación y el número de miomas uterinos, pueden aparecer los siguientes síntomas:
- Hemorragia intensa, anemia, fatiga
- Periodos menstruales dolorosos
- Sensación de peso en la pelvis, dolor en la espalda
- Enfermedades urinarias
- Dolor durante las relaciones sexuales
- Interrupción de la fertilidad
La mayoría de los miomas uterinos no causan síntomas. De hecho, sólo entre el 10-20% de las mujeres con miomas uterinos requieren tratamiento.
Diagnóstico
La mayoría de las ocasiones es el ginecólogo el que diagnostica el mioma uterino en una revisión rutinaria. Para confirmar el diagnostico y tener un control pretratamiento generalmente se realiza una Resonancia Magnética con contraste.
Tratamiento (Embolización de miomas uterinos):
Mediante anestesia local en la ingle, se realiza punción de la arteria femoral. A partir de este momento el procedimiento es totalmente indoloro, se navega por el interior de las arterias hasta llegar a las arterias uterinas. Una vez en el interior de las mismas, se cierran mediante la inyección de unas partículas llamadas microesferas. La embolización de las dos arterias uterinas (derecha e izquierda) corta el abastecimiento sanguíneo del mioma, logrando que disminuya de tamaño.

Los beneficios
- Generalmente la paciente debe quedarse hospitalizada solamente una noche después de la intervención
- Muchas mujeres pueden reanudar su actividad diaria de forma ligera pocos días después de la embolización y la mayoría puede volver a su actividad habitual entre 7 y 10 días después del procedimiento
- En aproximadamente el 90%, las hemorragias excesivas mejoran o incluso cesan
- La embolización elimina el dolor en un 85% de las pacientes
- La embolización puede usarse para tratar miomas múltiples y de gran tamaño
- Sólo en muy raros casos reaparecen los miomas tratados mediante embolización