El Dr. Insausti tiene una dilatada experiencia en el campo de la embolización prostática, siendo el especialista que más procedimientos ha realizado en España. Imparte cursos sobre embolización prostática a otros médicos españoles y europeos a través de los workshop de TERUMO. Además, ha llevado a cabo junto con el Servicio de Radiología Vascular Intervencionista y Urología, un ensayo clínico pionero a nivel mundial, que demuestra la gran eficacia y seguridad de la embolización prostática en el tratamiento de los síntomas urinarios provocados por el aumento benigno del tamaño prostático (hiperplasia benigna de próstata).
La Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) es una patología donde se produce un agrandamiento benigno del tamaño de la próstata, que produce síntomas urinarios como la nicturia (ir al baño muchas veces durante la noche), aumento de frecuencia y urgencia miccional, incontinencia urinaria, sensación de no vacío completo de la vejiga…
La HBP afecta a aproximadamente el 50% de los pacientes a partir de los 60 años, y hasta el 75% en los pacientes mayores de 70 años.
El tratamiento de elección de los síntomas producidos por la HBP es el tratamiento médico con alfa bloqueantes, inhibidores 5alfa reductasa, y anticolinérgicos (cuando los síntomas son más irritativos).

Cuando el tratamiento médico no es efectivo y los síntomas son moderados-graves, el tratamiento estándar hasta ahora ha sido la RTU (resección transuretral de próstata), que es una cirugía endoscópica realizada a través de la uretra. Es una cirugía que generalmente se realiza con anestesia general, con estancia media de 2-3 días en el hospital y el paciente se va a casa con sonda urinaria. Es una cirugía efectiva y segura, pero tiene complicaciones como: sangrados, incontinencia, eyaculación retrógrada (65%), disfunción eréctil (6,5%)…
La Embolización Prostática es una alternativa novedosa pero con demostrada seguridad y eficacia en el tratamiento de la HBP. Es un procedimiento mínimamente invasivo, no es una cirugía, no se opera al paciente. A través de una punción en la arteria femoral se cierran las arterias prostáticas con unas partículas llamadas microesferas, primero la del lado izquierdo y luego la derecha. El cierre de las arterias provoca una disminución importante del riego de la próstata que provoca que la próstata disminuya de tamaño, y por tanto sea más fácil la salida de la orina.
Tras la embolización la mayoría de los pacientes tiene una gran mejoría en sus síntomas urinarios a partir de los 3-4 primeros días después del procedimiento. En cuanto a los pacientes portadores de sonda urinaria, en el 80-87% esta se logra quitar entre la 1ª y 3ª semana tras el procedimiento. Además, no sólo se les quita la sonda, sino que los pacientes son capaces de orinar correctamente con pocos síntomas urinarios.
La Embolización Prostática ha demostrado ser igual e incluso más efectiva y segura que el tratamiento quirúrgico habitual, pero con menos complicaciones. Además no necesita anestesia, es totalmente indolora, y permite una incorporación prácticamente inmediata a la vida laboral y social diaria.