
La embolización prostática está adquiriendo gran relevancia en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata debido a los buenos resultados que se están consiguiendo en comparación con las técnicas quirúrgicas urológicas.
Desde el año 2015 venimos realizando, junto con el Servicio de Urología y el centro de investigación médica Navarrabiomed, un ensayo clínico pionero a nivel mundial, para demostrar la eficacia y seguridad de la embolización prostática frente al tratamiento quirúrgico clásico (RTU). El ensayo clínico está terminado y muestra excelentes resultados de la embolización prostática, con mejores resultados clínicos que la RTU y con menores complicaciones.
La embolización prostática es un procedimiento mínimamente invasivo, no es una cirugía. A través de una punción en la arteria femoral o arteria radial del brazo, se cierran las arterias prostáticas con unas partículas llamadas microesferas, primero la del lado izquierdo y luego la derecha. El cierre de las arterias provoca una disminución importante del riego de la próstata que provoca que la próstata disminuya de tamaño, y por tanto sea más fácil la salida de la orina. El paciente tiene que estar ingresado únicamente una noche (la de después del procedimiento). En caso de acceso por arteria radial del brazo, no es necesario el ingreso, y la misma tarde del procedimiento puede darse de alta.
En nuestro estudio hemos demostrado que el 95% de los pacientes logran una mejoría de los síntomas urinarios provocados por la hiperplasia de próstata. La mejoría ya es significativa a la semana del procedimiento, y es progresiva hasta los 3 meses, cuando se alcanza la máxima mejoría. El 88% de los pacientes con sonda urinaria en los que se realiza la embolización prostática, están sin sonda a las 3 semanas. Además, la embolización prostática no impide la posterior realización de la técnica quirúrgica clásica (RTU) en los pacientes que no hayan logrado una mejoría significativa en los síntomas, aunque es poco frecuente (5-8% de los pacientes).
Debido a estos exitosos resultados que se han obtenido en el ensayo clínico, creemos que la embolización prostática es una técnica que puede sustituir a la cirugía.